miércoles, 26 de diciembre de 2007

Viejitas.... Arghhhhhhh viejitas

Desde que inicie el blog tenía pendiente este post sobre mi aberración a las viejitas, es decir toda persona de sexo femenino mayor a 65 años (siempre en diminutivo).
El que haya leído ese primer párrafo no dudará en catalogarme de insensato y falto de sentimientos pero a continuación paso a detallar algunos puntos que me hacen afirmar tal cosa:
  • No existe viejita sobre la faz de la tierra que no tenga un perro apestoso y oloroso igual que ella y que lo suba al ascensor para dejar un olor... apestoso claro.
  • Esas mismas viejitas son las que salen a pasear al apestoso y no dudan en dejarte una flor de cagada llena de gusanos en el medio de la vereda, para quien vaya detrás "tenga suerte" y la pise. La culpa no es del perro sino de quien le da de comer: la viejita.
  • Toda viejita vive en un departamento en el primer piso o superior del edificio. Esta altura es justa para regar las plantas en el balcón y que todo lo que sobra caiga sobre el peatón que pasa por la vereda en ese momento.
  • La viejita que es la excepción a la regla anterior vive en planta baja. Por supuesto, todos los días a las 7 AM lava su vereda de los soretes de perros de otras viejitas. Vaya casualidad, que siempre algún balde de agua moja a algún peatón. SEÑORA: que hace a las 7 de la mañana en la calle. ¡VAYA A DORMIR!
  • Toda viejita vive sola y es viuda. Por supuesto ellas aún no se enteraron y a las 6 AM (antes de lavar la vereda) llaman a su esposo para desayunar y luego no duda en gritarle y regañarlo si el mismo no lava la vajilla.
  • Toda viejita toma 17 clases de pastilla distintas, algunas de las cuales o la combinación de ellas hacen que delire, hable sola o se el antoje cagar con la puerta abierta para que todos los vecinos puedan disfrutar del espectáculo.
  • El teléfono lo usan para llamar a un solo número: el de un hijo (hijo de p... que no se anima ni tiene los huevos para internarla en un sanatorio). Por supuesto las viejitas creen que es una buena idea llamar al nieto a las 3 AM para preguntarle como le fue en el jardín. SEÑORA: su nieto tiene 18 años.
  • Toda viejita piensa que la calle es de ellas y por ende tienen el derecho de cruzar por donde se le raje el culo, no importa cuantos semáforos en rojo haya, o cuantos autos o camiones tengan paso en ese momento. Los otros pueden frenar, las viejitas no... Seguramente tienen muchas ocupaciones y lugares a donde ir.
  • Las viejitas del supermercado son otra categoría aparte. Se creen que el super es de ellas y que tienen derecho a abrir y probar cuanta golosina y fruta existe para luego dejar las sobras (sin pagar obvio). Por supuesto los pasillos del supermercado son la tierra prometida de toda viejita y nadie las sacará de ahí ni con una topadora. Todo sea por molestar y hacer la vida imposible a los demás seres humanos. Ahhh... y si en ese trayecto puede desparramar, algo mucho mejor. Todos estamos para servirle y limpiar sus cagadas.
  • Las viejitas con andadores son una raza especial. SEÑORA: no se da cuenta que con esa porquería de 3 patas y ruedas que utiliza ocupa toda la vereda (o la calle en caso de estar cruzándola) y nadie puede hacer su vida con Ud. adelante. Y no digamos nada de una viejita con andador paseando su perro viejo. También estan las que se cansan y deciden sentarse en la vereda (algunos andadores permiten esto) y claro... el medio de la vereda suele ser un lugar apropiado para descansar y si es una vía peatonal mucho mejor.
  • Y por último tenemos a las viejitas más insoportables: aquellas que las 17 pastillas, el regar las plantas y lavar la vereda no pudieron mantener en casa. Entonces ¿qué hacen? se van al banco a las 7:30 (luego de lavar la vereda) a hacer cola sabiendo que el banco abre a las 10. Claro, si la cola no es lo suficientemente larga, también pueden molestar en el cajero bloqueando la tarjeta y pidiendo a 20 personas que la ayuden a recordar su PIN.
Con amor: a mi viejita que entra en gran parte de las categorías mencionadas.

Actualización: esto no termina aquí. Leer Viejitas II