miércoles, 19 de marzo de 2008

Turistas

Hace poco tuvimos la suerte de volver al sur de Argentina: la querida Patagonia que nuestros compatriotas, gobernantes de turnos y privatizadores anónimos se han encargado de vender al mejor o peor postor (dependiendo de donde se mire).

Cada vez que vamos aprovechamos también para obtener la mayor cantidad de fotos posibles. Nunca se sabe cuando será que terminen de cerrarla con un tejido, alambre de puas o un muro, al mejor estilo mexicano, por lo cual ya no podremos disfrutar del clima, la pureza del aire y del agua fría y transparente.

Pero no no alejemos del motivo de este post que somos nosotros: los turistas.
En una de las tantas excursiones nos llegamos hasta uno de los incontables puertos, lago Nahuel Huapi, por medio. En este viaje nos acompañaban 200 "personas" más (o mejor dicho turistas).

Al llegar al puerto teníamos que caminar un kilometro, subiendo aproximadamente 700 escalones que algunos yankies dijeron contar. Todo esto para presenciar dos cascadas y un árbol milenario que por casualidad se había escapado a la tala indiscriminada que años atras realizabamos. Menos mal que no lo hacemos más, ahora solo contaminamos el agua y matamos los peces (mayores de 30 cm eso sí).

Siguiendo con nuestra caminata, el hecho es que en estas excursiones de día completo se suele ser bastante preciso con el tiempo sobre todo si hay viejitas a bordo. Es así que nos dicen que a una hora aproximadamente debemos volver al catamarán. ¿Esto que ocasiona? Un desboque del más puro instinto asesino y salvaje de una persona: se despierta el turista que cada uno de nosotros lleva dentro y hacemos cosas como:
  • caminamos 200 metros en subida en aproximadamente un minuto
  • sacamos aproximadamente 43 fotos en 12 lugares distintos
  • posamos con todos los miembros de la familia en los 3 lugares asignados para sacar fotos
  • posamos nuevamente, en otra posición
  • caminamos al próximo lugar asignado, 200 metros más arriba pero mirando el reloj que dicta que debemos volver en 13 min. a más tardar, ¡SINO TE DEJAN!.
  • nos damos cuenta que todavía falta llegar... ¡Y VOLVER!
  • confundimos el árbol milenario con la abuela, sacarle una foto y comenzar la vuelta.
  • chocamos a los viejos que todavía no llegaron arriba
  • nos doblamos el pie en un escalón de madera podrida
  • sacamos una foto al escalón y al pie doblado
  • recordamos que olvidamos a la abuela arriba
  • llegamos corriendo al catamaran para descubrir que faltan llegar 4 viejitas y TENEMOS QUE ESPERARLAS
  • Sacamos fotos al catamaran en 78 posiciones distintas.
  • Nos quedarmos sin rollo, sin pilas o sin memoria en la camara, por lo que no podremos sacar más fotos por el resto de las 16 hs que faltan de excusión
Si señores... Eso somos cuando nos sacan de nuestro habitat y nos incrustan en otro.
Para mí sigue siendo una delicia de los dioses caminar por el bosque por una senda que pocos descubrieron antes, tomarme me tiempo para disfrutar espero que toda mi vida... la vida.

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