viernes, 23 de mayo de 2008

Laburar

Cuando uno es un enfermo del laburo como yo, le gusta estar ocupado y sobre todo en este país del orto en donde hay que agradecer por tener un laburo... o 2 o 3.

Cuando no se tiene la suerte de ganar lo suficiente para alimentar a los 13 hijos que esperan en casa, se deben buscar alternativas y la verdad no hay muchas: o te haces chorro, mandas a los pendejos a pedir a la calle y a tu mujer a laburar de trola, o te buscas 5 laburos distintos para cubrir 23.5 horas de tu vida.

La otra media hora la dejas para garchar con tu esposa/novia/amante y hacerle otro hijo, no vaya a pensar que sos un impotente y te ponga los cuernos con el vecino que gana más que vos, es exitoso y caga a su mujer a la mínima oportunidad.

Bueno, volviendo a mí, que con la media hora que me queda, no la aprovecho para garchar y la pierdo escribiendo en este blog del orto, me cansé de esta pelotudez de ser esclavo de mí mismo así que en cualquier momento me mando a la mierda y... como me recomendó alguien muy querido, me pongo a hacer jabones (judios cuidado)... para luego cagarme de hambre, salir a pedir laburo y a quejarme porque no tengo para pagarme la conexión de esta mierda de Internet... Así sucesivamente. Laburar, el círculo vicioso del que solo salimos cuando nos enfermamos y nos morimos.

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